El jamón serrano, producto estrella de la gastronomía española, además de estar riquísimo contiene diferentes beneficios nutricionales. Es un alimento fácil de digerir, con un alto contenido en proteínas y una cantidad de lípidos equilibrada. Como no requiere ser cocinado antes de su consumo, el jamón serrano se convierte en un aliado de la alimentación saludable.
Gran parte de la grasa que posee el jamón está compuesta por ácidos grasos insaturados, similar a las propiedades del aceite de oliva y las nueces. Este tipo de grasa juega un papel muy importante en nuestro organismo pues aportan energía y tienen beneficiosos efectos cardiovasculares, lo cual facilita que el cuerpo produzca el denominado “colesterol bueno”.
El jamón serrano tiene un gran poder nutritivo. Es rico en proteínas de mayor calidad que las de origen vegetal, cuenta con una cantidad de lípidos equilibrada y un contenido calórico moderado. Contiene proteínas e hidratos de carbono que aportan energía. Por eso se constituye como un suplemento ideal para los deportistas en la consecución de masa muscular. Además, su fácil digestión debido a su reducido contenido en colágeno y su bajo contenido en carbohidratos lo convierte en un alimento adecuado para dietas hipocalóricas.
Parte del alto valor nutricional del jamón serrano se debe a las proteínas fácilmente asimilables y a su alto contenido en minerales como: hierro, zinc, calcio, fósforo, magnesio. Así mismo, tiene un alto contenido en vitaminas del complejo B (B1, B2 Y B6), fundamentales para el sistema nervioso, y vitamina D.
Recomendamos el consumo de este delicioso producto, siempre y como con todos los alimentos en cantidades adecuadas, que además de tener un sabor increíble cuenta con múltiples propiedades y beneficios nutricionales que lo hacen, si cabe, más irresistible.
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