Llegados a esta época el año, nuestra actividad diaria se dispara respecto a los meses anteriores en los que disponíamos de menos horas de luz. Por ello, sufrir digestiones lentas y/o pesadas nos dificulta nuestra actividad diaria y nos hace sentirnos mal si no llevamos unos buenos hábitos saludables y un buen control de nuestra alimentación.

El proceso de digestión comienza con el aroma de los alimentos y nuestro organismo comienza a salivar. La finalidad de una buena digestión es transformar los alimentos en sustancias que puedan ser absorbidas y digeridas por el organismo para transformarlas en minerales, vitaminas y energía.

Una digestión lenta o pesada, nos hace sentir síntomas como hinchazón, mal aliento e incluso dolor abdominal, estamos apáticos y reduce nuestro rendimiento diario. ¿Qué hacer para no sufrir de malas digestiones?

Lo primero es saber qué alimentos debemos tener presente en nuestra dieta diaria, alimentos como la fibra, que nos ayuda al tránsito intestinal favorece las digestiones, beber suficiente agua, masticar bien ayuda al estómago a transformar la comida más rápidamente, y en general tener una alimentación rica en verduras y frutas.

La carne magra juega un papel bastante importante, teniendo en cuenta que disponemos de productos cárnicos en nuestra dieta a diario, saber elegir las mejores carnes para nuestros platos nos hará mantener digestiones ligeras siempre. Las carnes magras son fáciles de digerir por su bajo contenido en grasa. Alimentos como la carne de cerdo, tan usual en las todas nuestras cocinas, supone un gran aliado frente a problemas de digestión, ya que partes como el lomo del cerdo concentra menos de un 2% de materia grasa, a la vez que nos aporta todos los nutrientes necesarios, junto con un menú equilibrado, para afrontar el día de la forma más ligera posible.

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