La avicultura de carne ocupa una destacada posición en la industria agroalimentaria española como proveedora para la industria cárnica del denominado pollo broiler de cría intensiva, cuya aceptación entre la población es excelente, estando llamado, según solventes estudios de mercado recientemente llevados a cabo, a liderar el consumo nacional de carne durante la presente década. Las razones de tal auge radican en una extraordinaria percepción en materia de seguridad alimentaria por el consumidor, y paralelamente por su condición de proteína relativamente barata. En el primero de los dos factores, es sabido el rigor aplicado sobre los residuos de antibióticos, cuya vigilancia en las fases de producción y transformación del pollo es de las más exigentes dentro del universo alimentario.
Una sugerente receta que incluya este alimento como ingrediente básico garantizando una alimentación saludable puede ser pechuga de pollo con limón y ajo, sencilla preparación culinaria que hace valer la sinergia entre sus tres ingredientes; por un lado, el excelente perfil biológico de la carne magra de pollo, basado en reducidas cifras de colesterol y grasa saturada, la biodisponibilidad de su hierro y su 22% de contenido proteico, y por otro, los aportes nutricionales de sus acompañantes vegetales, con el protagonismo de la vitamina C del limón y del ajo como fuente de fósforo con un reconocido poder hipolipemiante y removedor de las reservas de LDL.