¿Te resulta familiar la sensación de haber comido sin haberte dado ni cuenta? ¿Recuerdas todas esas veces que has abierto la nevera y has comido cosas por comer? ¿Has picoteado alguna vez por estrés, aburrimiento o tristeza, y te gustaría mejorar tus hábitos alimentarios?
Para mejorar nuestra alimentación no hay que hacer dieta o comer menos. Hay que cambiar hábitos.Hay que comer mejor y con atención plena y todo esto es lo que nos enseñó Cristina Lafuente, nutricionista y experta en Alimentación Consciente en una práctica guiada de Mindful Eating en la que además contamos con la participación de dos grandes de nuestra gastronomía, Martín Berasategui e Ivan Cerdeño, y que queremos compartir contigo.
¿Qué significa comer con atención plena?
Mindful Eating es el arte del Mindfulness llevado a la alimentación, “comer con atención plena”, de comer con cabeza. Nos ayuda a tener una relación sana con la comida y dejar de comer de forma emocional e impulsiva, a comer cuando tenemos hambre y dejar de hacerlo cuando estamos saciados, y también, a disfrutar comiendo una mayor variedad de alimentos percibiendo sus matices.
Lo hemos oído mil veces. Debemos llevar una dieta sana y equilibrada.
Solemos asociar la palabra dieta a un proceso difícil, a imposición, a restricción, a no poder cenar con los amigos, a pasar hambre, etc. de modo que se suele hacer pensando que un día terminará y podremos volver a nuestra vida social y a tomar aquellos alimentos que hemos echado de menos.
En cambio, si te propones cambiar tus hábitos, la presión disminuye, se trata de un proceso en el que se mejora la alimentación en función de nuestras rutinas y preferencias, se van incorporando mejoras poco a poco, disfrutando de nuevas recetas, organizando nuestros horarios para no pasar hambre, aprendiendo a comer bien fuera de casa, a comprender que una celebración no estropea toda nuestra alimentación, y que estos nuevos hábitos son buenos para toda la familia.
Tampoco se trata de comer menos, ni de pasar hambre, sino de comer mejor.
Una buena herramienta para comer mejor es aplicar el método del plato en nuestras comidas principales:
- La mitad del plato deben ser verduras (ensalada, crema, salteadas, al horno…) que nos aportarán fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. Su función es la de regular el tránsito intestinal pero también la de prevenir enfermedades.
- Un cuarto del plato lo llenamos de Hidratos de Carbono (pan, pasta, arroz, preferiblemente integrales, patata, legumbres…) que nos aportan energía tanto para los músculos como para el cerebro.
- Y un cuarto del plato para la proteína (carne, pescado o huevos) que la necesitamos por su función constructora y reparadora, pero también metabólica, y en este sentido los productos Esencia de Tello nos pueden ayudar.
Por ejemplo, el JAMÓN COCIDO DUROC ESENCIA DE TELLO tiene un 94% de carne.
De hecho, toda la gama ESECIA de Tello (Jamón Cocido Duroc, Pechuga de Pavo, Pechuga de Pollo y Jamón Asado Westfalia) tienen en común la excelencia en las materias primas, el alto valor nutricional y, también el respeto por el medio ambiente. Además, todos los productos son: Sin colorantes, Sin Féculas, Sin Gluten, Sin Lactosa.
Y ¿por qué son importantes estas características en nuestra alimentación?
Por la cantidad proteica. Su elevado porcentaje de carne hace que su aporte proteico sea importante y su contenido en grasa bastante reducido cosa que la hace adecuada para toda la familia, tanto si estamos controlando nuestro peso como si estamos en época de crecimiento.
Para distinguir un producto de calidad, encontraréis este porcentaje de carne en el etiquetado de los productos, en la gama ESENCIA..
Práctica el mindful eating, te damos pistas
Desde Grupo Tello te damos los pasos para practicar una cata gastronómica experiencial explorando la sensación de centrarse solo en el acto de comer y para ello vamos a utilizar nuestro Jamón Cocido Duroc Esencia como ejemplo.
Empieza por taparte los ojos y sigue estos pasos:
- Primer paso: toma una loncha y SOSTENLA en la palma de tu mano o entre tu dedo y pulgar.
- TOCA. Explora su textura. ¿Cuál es tu textura? ¿Es tierno, jugoso…?
- Ahora pasamos al OLFATO: Sostén la loncha debajo de la nariz. Con cada inhalación, percibe cualquier olor, aroma o fragancia que pueda surgir.
- Mientras haces esto, observa cualquier cosa interesante que pueda estar sucediendo en tu boca o estómago.
- Observa también tus pensamientos y tus emociones. Tal vez surjan pensamientos anticipatorios, “Va a ser muy bueno, con un trozo no será suficiente”. “Espero que haya más.” Deja que los pensamientos surjan y se desvanezcan.
- SABOREA: Coloca suavemente la loncha en tu lengua; sin masticar. Nota cómo responde tu lengua y las glándulas salivares. ¿Cómo es el sabor? ¿es dulce, salado, picante o ácido? ¿cómo van cambiando los sabores?
- Ahora sí, cuando estés listo, prepárate para MORDER y masticar la loncha. No lo tomes de un solo bocado. .. Aunque sabemos que es difícil por lo buenos que están…
- Nota la explosión de sabor, cualquier sensación que surja.
- Sin tragar aún, nota la textura y los sonidos al masticar y cómo pueden cambiar con el tiempo, momento a momento.
- Cuando te sientas listo INGIERE. Toma un tiempo para observar las sensaciones de cómo pasa el bocado de tu boca al estómago
- Finalmente, observa si puedes sentir lo que queda de la loncha que baja hacia tu estómago, y siente cómo se siente tu cuerpo en general después de haber completado este ejercicio.
- Ahora quita la venda de tus ojos OBSERVA: su forma, el color o sus matices.
Ya sabes, COME LENTAMENTE. Aproxímate a la comida con curiosidad, con mente de un catador profesional, es decir, sin ideas preconcebidas, explora CON LOS 5 SENTIDOS: VISTA, OLFATO, TACTO, OÍDO, SABOR y disfruta del Mindful Eating.
Si lo practicas y te ha gustado, deja tus comentarios en nuestro blog