Los abuelos lo son todo para nuestros peques. Ellos son los que siempre les han estado mimando, así que nada como hacerles un buen homenaje. Por una vez, serán los peques los que cocinen una de las recetas más míticas de todos los tiempos: la tarta de chocolate y galletas (también conocida como Tarta de la Abuela). ¿Quién no ha celebrado cumpleaños y fiestas alrededor de una de estas tartas? Nosotros, sí. Y no solo una vez :)

Hoy os traemos una receta facilísima que hemos descubierto en Directo al Paladar. Pero si también queréis cocinar algo antes del postre, te proponemos que le eches un vistazo a nuestros sándwiches de jamón monstruosos o esta receta de pizza casera sin horno y sin levadura que también os van chiflar.

¿Nos ponemos con la tarta? ¡Venga, a por ella!

Ingredientes

  • Galletas rectangulares tipo maría
  • 100 ml leche
  • 15 ml de amaretto (opcional)
  • 500 g de crema de cacao y avellanas
  • 200 g de chocolate fondant
  • 100 ml de nata líquida
  • 40 g de azúcar glasé (opcional)
  • 20 g de mantequilla
  • Fideos de chocolate, M&Ms o lo que más os guste, para decorar.

Elaboración

Antes de nada y, como siempre, reunimos todos los ingredientes que vamos a necesitar. 

Después, preparamos el molde rectangular (de unos 20 cm) en el que vamos a montar nuestra tarta. Lo engrasamos bien con mantequilla y lo forramos con papel sulfurizado. Recuerda que debemos dejar que sobresalga parte del papel por los lados. Así luego será más fácil desmoldar la tarta con facilidad.

Ahora, templamos la crema de cacao y avellanas para que nos resulte más sencillo manejarla. Ponemos el bote en el microondas y le damos dos o tres golpes de calor de unos 30 segundos, a no demasiada potencia y removiendo entre golpe y golpe. Lo que perseguimos es una consistencia untuosa sin que llegue a ser líquida.

A continuación, ponemos la leche en un plato hondo. También puedes añadirle licor de amaretto si tus hijos ya son mayores o si los peques no van a probar la tarta (ya sabes, la seguridad es lo primero). Luego, cogemos una galleta y la mojamos en la leche sin empaparla. Y lo repetimos hasta hasta cubrir con galletas la base de nuestro molde. Si no tienen el mismo ancho que el molde, podemos cortarlas con un cuchillo de sierra para vestir bien toda la superficie.

Cubrimos la primera capa de galletas con una de crema de cacao y avellanas y la extendemos bien. Sobre esta capa montamos otra de galletas, mojándolas previamente en leche como hemos hecho antes. Y así sucesivamente hasta que terminemos la crema, acabando con una capa de galletas. Cubrimos el molde con papel sulfurizado (o envuelto en papel film) y lo dejamos en la nevera reposando.

Pasados 60 minutos, sacamos la tarta del frigorífico, la dejamos atemperar unos minutos y la desmoldamos. Luego la colocamos, boca abajo, sobre una rejilla de horno. Y la rejilla, sobre una bandeja limpia. Nos disponemos a bañar la tarta en chocolate, así que la bandeja recogerá el chocolate sobrante para que podamos utilizarlo en otra elaboración.

Fundimos el chocolate, la nata y el azúcar glas (si habéis decidido utilizarlo) en un recipiente al baño maría o en el microondas a potencia suave y removiendo de vez en cuando. Cuando lo tengamos fundido, batimos hasta homogeneizar y añadimos la mantequilla. Volvemos a batir y por fin, vertemos nuestro glaseado sobre la tarta y lo repartimos bien por toda la superficie sin olvidarnos de los laterales. Cuando acabemos debe estar bien cubierta por todas partes.

Decoramos la tarta al gusto y… ¡Perfecta! ¡Ya estará lista para comer!

Si no eres muy fan de la cocina o si cada vez tienes menos tiempo para dedicárselo a las labores culinarias, el batch cooking o el ‘cocinado por bloques’ va a ayudarte mucho, como a los miles de personas que se han unido a esta tendencia en los últimos meses. 

El batch cooking es un método organizativo que consiste en planificar tu tiempo entre fogones de manera que solo tengas que cocinar unas horas para obtener la comida de toda una semana. El secreto está en optimizar al máximo los recursos, los tiempos, los modos de cocción de los alimentos y, por supuesto, la conservación de los mismos.

Y si se trata de optimizar, cualquier técnica es buena. Desde utilizar solo unos cuantos ingredientes diferentes para preparar la comida de varios días hasta cocinar un poco más y guardar el sobrante para otro día o aprovechar el horneado de un plato para mantener calentar otro a la misma vez. 

Además, planificar tus comidas tiene importantes beneficios nutricionales. Cuando no improvisas, tienes la capacidad de elegir qué alimentos vas a tomar, cuáles vas a evitar y cuáles son los más interesantes dependiendo de si tienes previsto salir a hacer deporte o de si vas a tener una larga jornada de trabajo y te merecerás un pequeño capricho culinario.

Por último, también evitaremos que se desperdicie la comida que tenemos en el frigorífico.  Si hacemos la lista de la compra según el menú semanal que hemos pensado, será más fácil que lo gastemos todos antes de que se ponga malo.

Si te está convenciendo esto del batch cooking, aquí van algunos consejos que no deberíamos olvidar antes de ponernos manos a la obra:

  • Lo primero es elegir bien el día en el que vas a ponerte a cocinar. Lo mejor es que se adapte a tus horarios, a tu carga de trabajo y a tu estado de ánimo. Se trata de hacerte la vida más fácil así que si los lunes sueles acabar muy cansad@, lo mejor es que programes tu sesión de batchcooking para otro día. 
  • Para optimizar esfuerzos, elige alimentos base que puedan servir para varios platos. Las legumbres o los cereales pueden ser buenas opciones. Además, tienes que decidir cuál va a ser tu fuente principal de proteínas. Como sabes, en Tello tenemos un algunas opciones que pueden ayudarte mucho.
  • El día que te centres en cocinar, prepara varias raciones de los alimentos base que hayas elegido (legumbres, arroces, etc.) así podrán servirte para varias elaboraciones y ganarás en flexibilidad para hacer tus combinaciones. Además, piensa que una vez que tengas tus platos listos para comer aguantarán varios días en la nevera e incluso, algunas, se podrán congelar.
  • Por último, debemos pensar en cómo vamos a conservar los alimentos. Una buena opción es utilizar botes herméticos de cristal para refrigerarlos, sobre todo si son platos cocinados o salsas. Además, también puedes añadirles un chorrito de limón para que actúe como conservante natural y ayude a mantener los alimentos frescos durante toda la semana.

Además de lo que acabamos de contarte, en internet hay montones de ideas que aprovechan el batch cooking para seguir una dieta sana y equilibrada. Seguro que con una búsqueda sencilla encuentras decenas de experiencias inspiradoras que puedes poner en práctica en tu día a día. ¡Que aproveche!

La compañía incorpora material reciclable a la fabricación de sus envases, a los que también reduce un 25% del plástico

Toledo, junio de 2020.- Uno de los objetivos a corto plazo de Grupo Tello Alimentación es profundizar en su compromiso ecológico, implementando en sus procesos soluciones basadas en el modelo de desarrollo eco sostenible que requiere la pervivencia del planeta. Así, la compañía acomete una significativa reducción del plástico en sus envases, a los que, además, comienza a incorporar mono materiales reciclables y reciclados.

Dando respuesta a la obligada contribución de las empresas en la mejora de la salud medioambiental, Grupo Tello ha acelerado la puesta en marcha de algunos de los procedimientos que contempla su plan de sostenibilidad, orientado a reducir la contaminación y a fomentar el uso eficiente de los recursos naturales. Para ello, la compañía ha comenzado a reducir un 25% de plástico en sus envases en toda la gama de loncheados elaborados, y a fabricar las bandejas de termosellado de los productos frescos en mono PET, con un 92% de material reciclado. Para favorecer la economía circular, además, va incorporando otras medidas, como el transporte de los productos en cajas reutilizables, consiguiendo reducir, de esta forma, la generación de residuos.

Como explica Alfonso Alcázar, director general de Grupo Tello, “nuestro compromiso es promover el cuidado del entorno que nos rodea, por lo que nos obligamos a diseñar e implementar actuaciones constantes que intervengan en todos los procesos, orientadas a reducir nuestro impacto medioambiental”.